Mittwoch, März 15, 2006

Bienvenido, lo esperaba


rancisco, hoy hemos hablado de lo realmente importante. No de su enfermedad, sino "del Enfermo", de Usted, de su persona, de lo que siente y de sus miedos ante la enfermedad. Cuando llegué a la residencia me hablaron de su tos, de su catarro, de su fiebre, de sus costumbres contraproducentes, de lo que no hace y de lo que si hace aunque no debería... me sentí impotente y enojada, me seguían reclamando respuestas que están fuera del tratamiento y que entran en el cuidado de la salud y no el tratamiento contra la enfermedad. En este punto yo ya no podía hacer nada sin su cooperación, y nada podía hacer yo para lograrla, la opinión general era que no tiene remedio usted y que seguirá haciendo lo que siempre ha hecho. Después, cerca del mediodía, denuevo las auxiliares me recordaban su tos, su catarro, su cansancio general y volví a sentir el vacío una vez retirada la respuesta farmacológica, me quedaba con usted, con su persona tan contraria a su salud. Elegí volver a lo de siempre, al antibiótico que aunque bien indicado es parte de la rueda que otra vez se repite y a la vez que cumplo con su enfermedad espero, con ayuda de usted, su retorno luego de la mejoría y yo atada a la misma rueda. En ese momento alguien entró al despacho, prefiero que no lo hagan mientras trabajo para no distraerme y perderme el hilo de lo que estoy haciendo, ya que cuando vuelvo al escritorio busco allí senales de dónde comienza el ovillo que dejé otra vez olvidado; sin embargo hoy ese momento cambió de uso al verle a Usted entrar, en mí se abrieron los brazos para recibirle y mis oídos para recibir sus palabras, intenté reconocerle cada vez más en sus ojos atravesando las dilataciones capilares que me gritaban pidiendo ayuda. Pudimos entender que todo lo que aflora desde su pecho, aunque desagradable es sano que lo expulse y que para eso agradecemos, tanto usted como yo, que beba agua a más no poder; que esa agua que bebe, exigiéndose ya que usted no es de beber agua, es valiosa para ayudar a su cuerpo a sacar todo lo que le intoxica; que la falta de oxígeno que siente es coherente con su enfermedad y que sentir que el óxigeno que usa no es sufciente indica que realmente lo necesita más tiempo como le fue indicado, y que si aún siente que no es suficiente se explica por la infección que tiene ahora y requiere ser más extricto con su provisión estable; vimos que es necesario darse por lo menos una semana de descanso y cuidados para ver resultados dado su estado actual, si no fuera así no cabe esperar una solución clara de su estado; y me contó que el domingo estará son sus seres queridos festejando su santo en el tiempo libre de ocho horas que le queda para liberarse de la bombona de oxígenbo que tiene como parte del tratamiento.
Hablamos todo esto juntos y reconocimos su debilidad y preocupaciones. Seguiremos juntos en este trabajo; mi trabajo necesita de Usted. Gracias por su humildad y por ayudarme a ayudar.
.

Keine Kommentare:

Kommentar veröffentlichen