e recuerdo alegre en medio de vegetales y vapores, concentrado en tu aljibe extrayendo sabores. De mirada fugaz con sonrisa sostenida intercalando explicaciones de tu otra mitad, los fósiles. Partes el pan con cuchillo y yo el resto con las manos, no me mires mal… es la tarde y fuera rodeando le Loire nieva. Estamos exhaustos en tu regazo medieval, a veces raspando las paredes para descubrir rastros de vida prehistórica entre las piedras, somos inquietos. Nos admites a tu País de los Quesos celosamente guardados a -8ºC invitando a un Tinto para el paseo, no me has dejado llevar Miel!! Ya he dejado al postre atrás y me lleno los sentidos de roquefort y cabra. Traes a tu Palacio “Santi, Benji, Christine” son tus ornamentos, tus altos techos, tus escaleras, tu jardín y todos sus árboles, entre ellos a su alrededor desfilas juguetón como niño cuidador de la gracia concedida, tus niños. Fuera, hacia el río, nos hundimos en la orilla, como brujos preguntando a la piedra, al barro, llamamos a las aguas que traen del pasado remoto más cuentos y nos quedamos un nautilus, un trozo de cuento. Pasa poco tiempo en muchos días, hasta pronto, hermano del cielo.
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