Sonntag, Mai 21, 2006

Perspectiva



uiero dejar constancia de que ya he cumplido un objetivo: PAGAR LAS DEUDAS ECONOMICAS.
De todos los que anoté este es el primero y más fácil, sólo representó trabajar más y no gastar.
Paso ahora al tema del Idioma, que engloba muchos objetivos, como la llave que abre la puerta al jardín mágico... si "mágico". Digo así porque la alquimia que recrea este proyecto es a veces tan irracional como efectiva, estoy donde quise estar alguna vez, en Barcelona con su Iglesia de Sta. María del Pí donde descansan los restos de Sant Josep Oriol médico, una iglesia gótica con hermosos vitraux en donde hace mucho fué zona de reunión de comerciantes para competir con la catedral oficial, yo allí una campesina vendiendo elementos de madera como en mi sueño...
Esto de Alemania por momentos se torna cuesta arriba, los imprevistos me paralizan obligándome a bajarme denuevo de mi montura para ver el paisaje desde la montaña subiendo a pié hasta el mirador, y descansar luego en la cueva...
Quisiera estar poco tiempo así, paralizada detenida, esperando la respuesta surgida del silencio de los muros húmedos y fuertes que me rodean, porque si decido yo, temo generar una idea delirante que me empuje denuevo hacia delante con la misma explicación de siempre: "Porque si".
Ya me habían dicho viendo mi nombre que mi modo de disfrutar es extraño, disfruto usando mi mente, no necesariamente usando los sentidos y la aprobación. Cuando escuché esto me cuidé de si es un elogio o un invento de falsas habilidades del Cabalá, pero sí retomé que dado este centro intelectual necesito equilibrarme con cierta dosis de caridad y amor... preferí remarcar lo segundo de aquel mensaje. Sin embargo viendo este apego de mi centro, irracional, a este proyecto, rescato aquel centro de placer que explica porqué disfruto con este desafío y lo que ello supone, el acceso a ideas y literatura y un modo de ser que va de lo mecánico e infrahumano a lo romántico y espiritual, la angustia por la división y la necesidad de la unión, la habilidad para consensuar y el desprecio para erradicar al otro. No siento temor, sino una infinita curiosidad que va desde mi infancia entre judíos, libros de sabios rodeándome y mi padre angustiado ante la impotencia de encontrar un oído que le escuche y unos labios que le respondan y una mente serena y franca, finalmente donde se encontró con su cielo fue en un lugar donde sólo podía escuchar... porque él no tenía las mismas experiencias para compartir, eran alcohólicos, y finalmente debió abandonar el grupo e ir con los suyos... a lo que se negó ...
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A. Feuerbach. 1829-1880

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