Donnerstag, Dezember 08, 2005

Un lector, el Ente.



enía 10 años cuando ya noté la hipocresía de reclutarse lejos del infernal ruído para ejercer la bondad y crecer en bienaventuranzas. Crecí en una ciudad como tantas donde las bienaventuranzas se ven donde se pueden encontrar disfrazadas por la casualidad o el absurdo o la insignificacia. Veía la injusticia como a un enorme edificio recién conocido, la impotencia al principio me hizo rebelde, luego impotente y últimamente logrando deshacerme del embrujo lo veo como una manifestación más de infligir sufrimiento a humanos. También aprendí que muchas veces "no hacer" es una manera de hacer algo y aquí encuentro que el aislamiento, tanto en un barrio privado para no padecer la violencia como en un monasterio para purificar las pasiones, no participa en la infinita Torre de Babel para aunar al mundo en pos de un crecimiento en beneficio de todos (no de la mayoría).
Sin embargo también he sentido muchas veces necesidad de descanso, de gozar de cierto paraíso donde no padezca la realidad cotidiana, y lo más parecido que encuentro es lo que el sistema para esto tiene previsto: Las vacaciones laborales. Inteligente maniobra es dar un espacio para la rebelión ante la estructura en el interior de la misma estructura para asegurar conservar los engranajes en su lugar de forma previsible...
Kierkergaard, totalmente separado del engranje social, lo expresa de modo elocuente cuando habla de sus contemporáneos, llega a llamarles "cueva de prostitución burguesa". Fué un aislamiento voluntario para expresar la preeminencia de lo ético sobre lo utilitario, incluso sobre la moral. Su convencimiento fué lo suficientemente estable y reforzado a través de su "trabajo" (no empleo) para construir un legado. No quiso encerrarse en un monasterio sino padecer desde su realidad, ver al enfermo con la voluntad de entender su enfermedad en vez de escapar de la epidemia... aunque finalmente también se encontraba vuelto sobre sí mismo para poder comprender el mecanismo de aquello que tanto le ocupaba... y allí es donde econtraba el verdadero aislamiento necesario para luchar contra el infernal ruido, el sí mismo..
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