Dienstag, September 04, 2007

Para ti Santiago


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o es el momento de hablar de ti, violencia.
Estoy envuelta por tus hijos.
Te veo desde dentro, desde tus intestinos.
Esto eres tú?
Tú eres mis heridas, mi dolor, mi muerte?
Hay quienes fuera de tus brazos están, no los conozco.
Sé que no te temen, que querrían su ternura acercarte.
Incluso escucharte.
Algunos se acercarían a ti desnudos.
Para abrazarte.
Tienes rostro de miseria, de frustración.
Y ante todo de perversa naturaleza,
De la que escapa la fiera cuando caza
Para su subsistencia y cae ante el cazador,
Hijo antinatural de la supervivencia,
Que transforma la sangre derramada en trofeo.
Ahora yo soy tu trofeo.
Y tú sigues exhausto, hambriento insatisfecho
En busca de trofeos que no sacian.
Hasta que reviente tu estomago
Y saborees tu último éxtasis, tu sangre.
Tus hijos cobardes, tal vez si estoy a tiempo,
Huirán quedando en el suelo lánguidos sus brazos.
Deseo:
Que en ese tiempo,
alguno de esos pequeñuelos tropiece
contra aquellos tiernos y desnudos brazos
para poner nombre a su dolor, miseria y frustracion.
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La Piedad (Miguel Angel Buonarotti)

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