scuchado lo que sucede con los inmigantes desde Melilla a España, y a pesar del muro construido, me recuerda lo de siempre. Los países con mejor bienestar económico intentan evitar la incorporación de personas fuera de las condiciones que es la media de esa comunidad. Al principio se supone que lo escrito es suficiente para que se informen o se enteren de la imposibilidad para estos extranjeros de entrar a determinado país o de quedarse más tiempo de lo que indica su visa ya que no estará autorizado para trabajar ni para lograr una residencia legal. Después de regular todas las normas necesarias para ser leídos, comprendidas y acatadas siguen en su derroche de consumismo y "aislamiento". Un aislamiento tal que les impide ver lo inexorable del avance de la miseria hacia sus sociedades sostenidas por los mismos pueblos débiles y muchas veces corruptos que les permite condiciones ventajosas para proveerse a pesar de las necesidades de sus "ciudadanos" (en el tercer mundo también hay ciudadanos). Así, como vemos ese empobrocimiento lento, imperceptible e inexorable llega y es incontenible. Hasta que no cambien los países que imponen condiciones en su abuso a los menores y hasta que estos países en desventaja no comiencen a tener gobiernos rectos que miren por los intereses de sus ciudadanos, no sé qué será primero, seguiran construyendo muros unos y arrojándose al vacío legal y personal los otros... ambos aislados...
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